Pero no
Le miraba cada día convencida de que le quería, pero no.
Sus características le hacían el hombre ideal, pero no.
Era guapo y elegante, tenía un porte enviable, las abdominales marcadas, un cuerpo atlético, pero no.
Era el hombre con el que había soñado siempre, el que le encantaría presentarle a su madre, pero no.
Lo pasaban bien juntos, se reían y tenían amigos comunes, pero no.
No podía elegirle como compañero de vida, no podía compartir con el resto de sus días. Porque ella no estaba enamorada, cuando cerraba los ojos no era a él al que veía y cuando lloraba en silencio, no eran por él las lágrimas.
Era el hombre ideal para enamorarse, pero ella no estaba enamorada.