Perder la cabeza

Si me dejas que te cuente te contaré la historia de Ana, o más bien de Blanca, no, perdona de Noelia, quizá Marta, bueno es igual la historia es la misma con el mismo final, así que diremos que la protagonista de nuestra historia es Blanca. Blanca conoce a príncipe Azul, Principe Azul la embelesa, coquetea, la cuida, le besa el cuello, le quita el frío, la saca a cenar, baila con ella y acaba la historia porque Principe Azul decide irse con otra. Pero Blanca, que no lo sabe, sigue esperando su cena, su baile y su beso en cuello. Blanca pasa las noches en el balcón esperando ver a Principe Azul pasar en su caballo blanco, o lo que es lo mismo, Blanca se pasa el día mirando el movil a ver si su querido se conecta al wasap. Se pasa la vida esperando mientras que Principe Azul ya no sabe ni quien es Blanca.

Sigo queriendo ir a Mónaco. No se, no es que tenga un motivo especial, pero, como sabes, soy un poquito obsesiva y desde hace unos tres años, un día empece a ver fotos de Mónaco y tengo un especial interés por ir. No es la cumbre del barroco, ni tampoco yo soy una amante de los casinos, pero me encanta Mónaco. Quizá mi fascinación empiece por la adicción a los cuentos de princesas y claro es que lo de la familia Grimaldi es un cuento pero de los de muchas páginas, de los que no acaban nunca, empieza por Grace Kelly y eso no acaba, con bellezones por princesas, romances secretos, amores imposibles, nietos que deslumbran, nietas que hacen sombra, reyes que no reinan, hermanas que ejercen si estar presentes. Vamos que yo creo que Mónaco se queda pequeña para su principado, se merecen más terreno por lo grande de su historia.  Y además lo tengo todo en mi mente, un viaje estupendo, con un hotel fantástico que ya tengo visto, paseos por el puerto y Monte-Carlo, visitar el centro, pasa...

Aquí estoy subiendo en el ascensor de la clínica. Ayy que nervios! El espejo del ascensor mola, te hace más delgada, será marketing... No se.  Bueno pués después de una charla de ánimo y explicaciones varias sobre que puedo y no puedo comer, el resumen es que tengo que perder 6 kilazos que he cogido del verano a aquí!! Así que hoy empiezo.  21 días.  Empiezo la cuenta atrás, te iré contando. 

Odio los propósitos de año nuevo, porque no duran, porque nos vemos obligados a hacerlos, no cambiamos de forma espontánea, por nuestro propio motivo, lo hacemos porque toca, es día 1 y es lo normal.  Yo este año no tengo propósitos, los he cambiado por deseos para los demás, porque me es más fácil, creo que para mi es mas normal desear cosas que molen, va mas conmigo. En este año deseo para mis amigos que tengáis cerca a alguien que os tire esos propósitos de año nuevo por el suelo, no que os acompañe o que os quiera, no alguien con el que tengáis cosas en común, os deseo a alguien que os coja de la mano y os lleve a un lugar que no queréis ir pero en el que os descubrís encantados, una persona que tire tus principios por el suelo, que rompa tus esquemas y que aun así sea emocionante, que desee cambiarte la vida o que al menos la ponga patas arriba. Esa persona te cambiará la vida y pase lo que pase, sea el resultado que sea, acabe como acabe será estupendo, será la aventura de tu...

Porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren.

A veces me pierdo en mi ciudad. Me pierdo con la intención de perderme, no me gusta volver a casa siempre por el mismo camino, es aburrido y tedioso, se hace largo, así que muchas veces voy por otros caminos. A veces me pierdo como hoy y descubro una calle sin salida con estas vistas, y me he parado a ver atardecer, justo encima del Cerrado o me encuentro con una casa en venta que lleva años abandonada y me asomo a la verja para imaginarme viviendo allí, cortando el césped y haciendo fiestas en el jardín. Me encantan perderme sabiendo que me he perdido, porque no es perderme, es investigar, observar otras zonas que no son las habituales, salir por otra salida que no sea la de siempre, pasar por una calle que parece que nunca pasa nadie.  Me gusta mirar casas que se venden o que están abandonadas y poder imaginar las historias que tienen detrás. A veces descubres calles con macetas y señoras sentadas en las puertas que te miran como diciendo, que hará esta por aquí. Pero en gene...

Te animo a hacer a diario una lista de cosas buenas que te han pasado, cosas que te han gustado, que te hacen sentir bien. Antes de irte a dormir, repasa y encuentra cinco cosas buenas que te han sucedido ese día, empieza por 5, o por 3, no te hacen falta más, cuando pasen dos o tres días encontrarás muchas más. No es necesario que sean grandes, las pequeñas cosas a veces son mas importantes y más satisfactorias. Te cuento mi lista de hoy: - Me he despertado con unos mensajes de mi hermano que me hacen reír. - He tomado un zumo con mi amiga Montse, en silencio, frente al mar. Unos minutos de relax. - La llamada de mi madre preocupándose por mi. - La respuesta positiva a un mensaje de un amigo que llevaba un par de horas esperando. - Compartir un gofre con Salva y su cariñosa conversación a la salida del colegio. Te adoro Salva, siempre me haces feliz. - Escuchar una canción en el coche a todo volumen cantando bien fuerte, eso siempre alegra. - Jugar al scrable con Lucas y que...

Hoy cumple 86 años, como cada año las velas de su tarta se lo recuerdan y le alegra celebrarlo con su mujer y sus hijos, sus nietos corretean por la casa y lo tocan todo, preguntando para que sirve esto, o de quien ese cuadro colgado en la pared del salón. Siempre es un día estupendo, el 20 de Noviembre, regalos, celebración, unión. Sólo hay unos segundos en los que la mirada de Alberto se entristece, se apaga, y es cuando recuerda a Maica, ella fue muy especial, después de tantos años la sigue recordando cada día. Sobre todo el día de su cumpleaños, hacían algo especial cada año en una fecha muy cercana para celebrarlo. Aparcaban todo lo que tenían para pasarlo juntos. Pero ahora las fuerzas le faltaban. 

Le miraba cada día convencida de que le quería, pero no.  Sus características le hacían el hombre ideal, pero no.  Era guapo y elegante, tenía un porte enviable, las abdominales marcadas, un cuerpo atlético, pero no. Era el hombre con el que había soñado siempre, el que le encantaría presentarle a su madre, pero no.  Lo pasaban bien juntos, se reían y tenían amigos comunes, pero no.  No podía elegirle como compañero de vida, no podía compartir con el resto de sus días. Porque ella no estaba enamorada, cuando cerraba los ojos no era a él al que veía y cuando lloraba en silencio, no eran por él las lágrimas.  Era el hombre ideal para enamorarse, pero ella no estaba enamorada. 

La faceta que más alegrias me da en mi vida, sin duda alguna, es la de madre. Es una ardua tarea que implica ponerle todos los sentidos de tu vida en ella. Pero cuando tienes hijos una de las grandes ventajas es que puedes ser niña otra vez. Me puedo permitir el lujo de disfrazarme y poder jugar a indios y vaqueros, puedo ser un bruja, Peter Pan, un monstruo o lo que quiera. Puedo jugar a las muñecas con Nuria y ser la hermana mayor, a veces soy cajera de supermercado o soy una alumna de la Seño Nuria. También puedo jugar a los playmobil con Lucas y vivir una batalla en el fuerte del oeste, mezclando personajes con dragones y dinosaurios, hacer puzzles o montar naves espaciales. Puedo hablar con Carlos de los amigos de su clase, contarle historias familiares o jugar partidas interminables de monopoly. He aprendido una cantidad abrumante de juegos de ordenador infantiles que son divertidísimos. Todas estas ventajas tiene ser madre. Y es que en el fondo vuelvo a ser niña otra vez. Pi...