Ignacio no era feliz
Qué sí Ignacio era feliz? Puen ni sí, ni no. Más bien a ratos; practicamente como todo el mundo. Lo único diferente es que el aparentaba ser muy feliz, era la envidia de todos, cualquier chico se habría cambiado por Ignacio y por el contrario llevaba muy mal lo de ser infeliz a ratos.
Durante el día llevaba una vida estupenda, su sonrisa, al salir de casa ,no le faltaba, conocía el nombre de todos los que se iba encontrando a su paso. "Buenos días Julián, buenos días Maribel", eran normalmente las primeras palabra que decía en el día, justo al salir de su casa, saludando a los porteros y siempre les hacia algún comentario personal: "se mejoró tu pierna?" Entonces salía del edificio con la cabeza bien alta a comerse el mundo. Era la envidia del edifico donde trabajaba, subía cada día hasta la última planta y era conocido por todos, era el jefe de su departamento. Las chicas del edificio estaban locas por tener una cita con él, eran conocidos sus refinados gustos a la hora de elegir
restaurante para una cita y algunas de ellas había tenido más que una cena con él, pero nunca habían pasado más de una noche juntos, sólo Mar, de la 2 planta, que sí salió con Ignacio unas 10 veces en tres meses, pero también se acabó.
Durante el día llevaba una vida estupenda, su sonrisa, al salir de casa ,no le faltaba, conocía el nombre de todos los que se iba encontrando a su paso. "Buenos días Julián, buenos días Maribel", eran normalmente las primeras palabra que decía en el día, justo al salir de su casa, saludando a los porteros y siempre les hacia algún comentario personal: "se mejoró tu pierna?" Entonces salía del edificio con la cabeza bien alta a comerse el mundo. Era la envidia del edifico donde trabajaba, subía cada día hasta la última planta y era conocido por todos, era el jefe de su departamento. Las chicas del edificio estaban locas por tener una cita con él, eran conocidos sus refinados gustos a la hora de elegir
restaurante para una cita y algunas de ellas había tenido más que una cena con él, pero nunca habían pasado más de una noche juntos, sólo Mar, de la 2 planta, que sí salió con Ignacio unas 10 veces en tres meses, pero también se acabó.
Cuando salía del trabajo siempre quedaba con amigos, a los que hacia reír con sus historias de chicas o de su día a día. Ignacio era elocuente, rápido y con chispa. Se lo pasaba en grande cuando ganaba y, aunque tenía mal perder, aguantaba bien las ganas de tirar los palos al suelo cuando perdía al golf. También navegaba, viajaba a paises exóticos, hacia senderismo, incluso pintaba. Tenía una vida estupenda, un buen trabajo, un buen coche, una gran vida social y muchos hobbies
Pero lo que no muchos veían de Ignacio es que detrás de esto le costaba levantarse cada mañana y ver que estaba sólo; Se automedicaba para calmar la ansiedad que le provocaba su acelerada vida, cerrar la puerta de su gran casa en soledad le entristecía; deseaba tener compañía pero tenía miedo al compromiso, quería compartir su vida con la mujer ideal y parece que el ideal se alejaba cada vez más de la realidad; no era bueno haciendo deporte, era más bien mediocre aunque disimulaba bastante bien; era bueno en su trabajo, pero no tanto como como para no tener que soportar a su jefe; tenía muchos amigos pero ninguno como para contarle todos estos laberintos mentales;
Todo esto sufría Ignacio y muy pocos lo sabían.
Como veís Ignacio no era muy feliz pero hace falta sentarse un buen rato con él y escucharle muy atentamente para saberlo.