La primera llamada que tenido toda mi vida el día 15 de agosto ha sido la de mi madrina. "Felicidades cariño!!!! Ay! Cómo me acuerdo de el día que te bautizamos. Qué gracia tuvo el cura que te bautizó, así has salido de guapa!! Que te quiero y tenemos que salir a comprarte tu regalo, eres como mi hija. Tengo tu foto aquí delante y te miro todos los días, encomiendate a la virgen, cariño, que ella te cuidará siempre" Cada año la misma felicitación que me encantaba. Hoy es la primera vez, en 36 años que no me felicita, y, claro, he notado mucho su ausencia. Se que mañana se acordará o que cuando se lo diga pensará que es mañana o pasado. Ahora para ella los días son algo relativo, el tiempo no se corresponde con lo que entendemos por tiempo, igual es ahora que mañana, puede revivir lo mismo varias veces sin ningún problema. Su mente, ya cansada de tantos años de entrega a los demás, de cuidar de todos y estar pendiente de cada cumpleaños, de cada fecha importante, de un tra...