Eloise y Don (acto 5 y final).

Ay que pena me da, pero sí, te voy a contar el final de Eloise y Don. Es la historia con la empecé el blog y tengo que confesar que muero de pena al pensar que termina, pero debe ser así. Por resumirte un poco Eloise y Don se conocen casualmente, coinciden varias veces en lugares comunes y cada vez que se ven su relación va a más, se siguen en sus bromas, tienen temas comunes, se miran, se gustan y empiezan a quedar, pero sin más. Pasan los años y Eloise nota que siente algo más por Don, está tan ilusionada con esta relación que está radiante, feliz; Don se convierte en su amigo, su compañero de secretos y de historias, cada mensaje que recibe le alegra el día, cada llamada le hace brillar los ojos, pero Don es sólo su amigo. Un buen día decide empezar a contarle sus sentimientos, le encanta compartir estas cosas con él. 

Cuando Don empieza a descubrir todo esto, decide poner tierra de por medio; Eloise es una variable que él no puede controlar de su vida, ella dice cosas que él no espera y le sigue sorprendiendo que ella adopté aquella actitud. Pero en esta distancia le surgen dudas, se acuerda mucho de ella, la echa de menos, llega a pensar que la quiere. Y por eso no puede desaparecer. 
Eloise, por su parte, hace todo lo posible por conseguir a Don; aunque vuelven a quedar y hablan de vez en cuando, Don ya no es como al principio.
Llegados a esté punto te cuento el final de esta historia. 
Eloise esta triste y herida, abrió su corazón, contó todos sus sentimientos y no fué correspondida.  Le escribe cartas a Don pidiéndole que vuelva. Pero Don ya ha pasado página, ha tomado una decisión, ha sacado a Eloise de su vida y no responde a sus llamadas. 
Cada paso que da ella no hace más que alejar a Don que está asustado pensando que toda esta historia se le ha ido de las manos. Eloise es un torrente de sinceridad que se adelanta a todo.  Él quería a Eloise, claro, pero a su manera, Don era muy realista y veía siempre lo complicado de todo; no le quería hacer daño, no quería que se sintiera mal, pero no podía estar con ella, todo era muy complicado para él. Quería tenerla en su vida y no sabía como, desde luego no de aquella forma. No quería alejarla, pero tampoco tenerla tan cerca; no sabía que espacio darle, donde colocar a Eloise. Cada vez que había cedido a una de sus peticiones al final se arrepentía. Pensaba mucho en ella pero no querían lo mismo. 
Entonces aquello término: una noche Eloise se pasó un poco con su sinceridad y él se pasó marcando las distancias. Y así sin beso, sin cama, ni anillos, ni promesas aquella relación acabó y lo que habían sido, durante años, bromas ahora eran caras serias; lo era complicidad, ahora se había transformado en cambiar la mirada; las conversaciones largas e imposibles de cortar, ahora eran monosílabos obligados. 
Ya había terminado y suponía para ella una de las historia de amor más importantes que había tenido. Todos tenemos historias preciosas que recordar y que poder escribir en un diario para contarla a nuestros nietos, pues esta fue una de ellas. 
El único problema es que lo que había tardado tanto en sentir y el cariño que todos estos años se había ido forjando, poquito a poco, dentro de ella, era muy difícil sacarlo de un plumazo. El amor que había sentido en esos años había sido estupendo, Don le hacía feliz, había disfrutado muchísimo. El desamor era otra cosa. 
Tenía que aprender a convivir con él. Desamor. No es nada fácil.
No existía odio hacia el que agarrarse, no habían discutido, no estaba enfadada, no quería sacarle de su vida, no tenía nada malo que decir de él, no podía ponerle ni un pero, él sólo había marcado las distancias. Era otra etapa de su relación. Ahora tocaba el desamor. 
Desamor
Es triste, muy triste. 
Te lo dije, da pena al final, las historias de amor deberían acabar bien. Pero no siempre pasa. 

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