Eloise y Don 2

Aunque no estaba enamorada de él, muchas veces era su primer pensamiento del día y el último de la noche.
No era amor, no era amistad, era algo raro que no podía calificar, quizá era sólo deseo, pero Don se negaba a todo lo que ella proponía.
Desde el primer minuto en el que se conocieron Eloise sabía que Don sería importante en su vida. Eloise quería algo aquí y ahora, era muy impulsiva, a veces incontrolable, pero había dado contra un muro, Don era Su Muro, infranqueable, él ponía siempre las normas y marcaba los límites, frenaba siempre el ritmo de Eloise;  Pero al final siempre cedía a lo que pedía Eloise, cuando ella se reía con sus comentarios, cuando la veía bajar la escalera, cuando le daba ese primer beso casi sin tocarla, eso le encantaba. Ese era Don y ella le adoraba.
Gracias a Don y a los esfuerzos que hacia ella por verle, habían cambiado muchas cosas en la vida de Eloise.
Le encantaba contar con su presencia, tenerle cerca, hablar con él. Le hacía sentir segura, le hacía reír siempre, no paraban de hablar cuando se encontraban, como si tuvieran guardadas un montón de cosas esperando a verse para contarlas. No hablaban de problemas cotidianos o de su día a día, eran mas bien conversaciones sobre ellos mismos, cosas de su infancia, reyes magos, recuerdos, risas y comentarios de amigos. También sobre vivencias comunes, problemas que no se cuentan en un rato y sentimientos que casi siempre eran secretos. Ratos estupendos que les servían para toda la semana.




Eloise decidió un buen día que le contaría a Don todo lo que sentía cuando se veían. Así un día, después de comer juntos, le mandó un mensaje para contarle lo bien que lo había pasado con él.
Otro día después, de un desayuno muy rápido, también le comentó que ese ratito había sido estupendo.
Un día tras otro le comentaba que le había encantado verle sin esperarlo y mantener aquella conversación sobre sus problemas o que le encantaba verle con ese pañuelo se había comprado, aunque este pañuelo merece otro capitulo a aparte.

Y así, una vez tras otra, Eloise fue conquistando a Don, ella lo sabía, lo notaba, él cada vez estaba más cerca, pero él jamás le dijo nada, no se manifestaba; Sus mensajes ya no eran tan frecuentes y sus llamadas ya no eran tan largas. Ella cada vez hablaba más y más claro, él cada vez callaba más.

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