Los olivos
Cuando nos cruzamos por la acera siempre nos dedicamos unos minutos.
Eres mi amigo, no tenemos un trato a diario pero tenemos esa conexión que nos hace pararnos siempre unos segundos, preguntarnos como estamos y mirarnos a los ojos para alegrarnos de vernos.
En nuestras pocas conversaciones he aprendido que el tiempo es relativo, que las historias vividas no se olvidan, que el amor nueve montañas y que los nietos dan la vida.
Te miraba cada día al pasar por la puerta de tu casa en los olivos.
Nuestra unión fue Tibi, no me preguntéis por qué en una conversación de dos desconocidos en Málaga a las 11 de la mañana sale a relucir que él trabajo el Ibi, en un colegio o instituto. Es lo que tenemos los grandes conversadores que nos juntamos, hilamos y acabamos sacando un tema común aunque sea tan remoto como éste.
Eres mi amigo y tienes 80 años.