Marcas de Caramelo

Mi padre tenía marcas de quemaduras en las manos de cuando hacía caramelo líquido para los helados. Le saltaban chispitas que le quemaban dejando una especie de lunares que se quedaban en la piel. Me encantaba mirarle las manos cuando me sentaba a su lado, me entretenía contando esas marcas y otras más que tenía, le cogía las manos y se las calentaba, las tenía siempre frías, como dormidas, pero cuando le cogías le mano te apretaba con mucha fuerza, hasta el último momento. Cuando le miraba a veces no se donde estaba, tenía la mirada perdida, desde luego no estaba conmigo, pero yo le hablaba como si pudiera entenderme. Cada día que le besaba notaba más sus huesos, su cara cada vez más alargada, delgada y huesuda. Él siempre me reconocía, no me olvidó ni un segundo de su vida, me llamaba, a veces a gritos, como sí le fuera la vida en ello. Pero yo no podía hacer nada por él, nada. Cuando quieres tanto a alguien y no puedes ayudarle, es cuando entiendes la impotencia. Y se...